miércoles, 4 de mayo de 2011

otra vuelta de tuerca

Reiterando el cuerpo humano como medio para crear obras de "arte" polémico nos encontramos con naifestaciones donde los límites entre lo legal y lo moral no están definidos.
El artista chino Zhu Yu en una acción de la Bienal de Shagai de 2000, se sienta a la mesa y su menú de día es feto humano a la brasa como reflexión ante la vida y la muerte.
dieta con exceso proteínico
 La obra y el placer de hacerla . Si a Zhun Yu "el canibal" le dieron arcadas al comerse el feto, el discurso poético se desvanece ya que la obra no es del disfrute del autor (y en consecuencia no debería serlo del público aunque hay gustos para todo), hecho que por otro lado no parece importarle. Sí en cambio los límites del arte ante lo que argumenta   "Ninguna religión prohibe el canibalismo. Ninguna ley dice que no se pueda comer carne humana. He aprovechado este espacio vacío entre la moral y la legalidad para desarrollar mi trabajo".
La polémica basada en la disculpa de que todo vale si no hay qué o quien lo impida es un atajo erróneo para la consecución de una popularidad que no siempre va pareja de un reconocimiento artístico pero que puede ser rentable a priori.
Toda obra de arte ha de llevar en su elaboración o cocinado el condimento de lo polémico, pero su abuso puede provocar rechazo o indigestión, como le sucedió a Zhn Yu.

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